El 14 de septiembre de 2015 se detectaron, por primera vez en la historia de la humanidad, ondas gravitacionales, una predicción de la relatividad general de Einstein, que en este caso fueron producidas durante la fusión de dos agujeros negros en una lejana galaxia. Este hecho ha supuesto un hito tecnológico y científico de primer orden, comparable quizás al momento en el que Galileo usó un telescopio por vez primera para contemplar el cosmos, y ha merecido el Premio Nobel de Física de 2017. Desde 2015 se ha confirmado la detección de otras 5 ondas gravitacionales resultado de la colisión de agujeros negros, y una, en agosto de 2017, proveniente de la fusión de dos estrellas de neutrones. Esta última señal ha supuesto el inicio de la esperada "era multimensajero" en astronomía, al obtener ondas electromagnéticas y ondas gravitacionales de un mismo evento. La astronomía de ondas gravitacionales es ya una realidad que permitirá contemplar el Universo, o mejor dicho, "escucharlo", de una forma totalmente nueva, y que seguro nos deparará muchas e interesantes sorpresas.